El vestuario le hizo entender que quizá haya sido su último vestuario. "Mis compañeros me saludaron como si ya no fuera a volver", cuenta Osmar Ferreyra. Y relata con un dejo de resignación y aflicción. "Es que no me quiero ir", explica el volante que supo mutar de prescindible a fetiche gracias al padrinazgo de Ramón Díaz y a, claro, su remontada futbolística. La misma que le valió pasar de ser agitado por los hinchas a agitarlos con sus escaladas, sacrificio y hasta goles. "Es cierto, el 2006 fue durísimo, muy movido, sobre todo en lo personal. Pero por suerte pude cambiar mi imagen y, en caso de tener que dejar el club, podré hacerlo habiendo cerrado un año buenísimo", se hace la idea el Malevo, cuyo pase pertenece al CSKA Moscú, club que, tras dos préstamos al Ciclón, optó por vender. Y ya recibió ofertas, "de un equipo ucraniano, muy importante en lo económico", --cuenta el propio jugador--, y del Espanyol de Barcelona y los Tigres de México. "Por eso será difícil quedarme, aunque sea lo que yo quiero, porque nada me motiva más que jugar la Copa Libertadores, que es una cuenta pendiente en mi carrera. Pero todo queda en manos de los dirigentes de San Lorenzo: si pretenden que me quede, deberán empezar a moverse y hacer un esfuerzo grande", explica el ex River. ¿Qué tan grande sería el esfuerzo? Y... para empezar a hablar, de unos u$s 2.500.000, cifra elevada para las golpeadas arcas de Boedo tras la retención de Ramón Díaz y la demanda de nuevas caras para afrontar un 2008 Centenario con aires de grandeza oriental. "Sé que también dependerá de lo que quieran hacer los rusos", reconoce Ferreyra. "Estamos negociando, pero no va a ser nada fácil", explica el presidente Rafael Savino. Y hasta Ramón acepta que la continuidad de su carrilero izquierdo estrella y hombre clave a la hora de ejecutar tiros libres "está complicada". Pero nadie se resigna. Menos que menos, el propio Malevo. "Ojalá se dé. Y ojalá lleguemos a un acuerdo cuanto antes. No quisiera dejar este grupo tan lindo, en el que he cosechado muchísimos amigos", espera Ferreyra. Y espera todo San Lorenzo, por uno de sus hombres más importantes.
El Gran Jefe, Tomás Boy, jugó 13 temporadas completas con Tigres, siendo un líder en la cancha. El número 8 de Tigres y seleccionado nacional en el Mundial México 86, terminó su carrera en un partido con un Universitario lleno Vs los Pumas de la UNAM, jugando sólo el primer tiempo, con dos pases a gol para el Konan Torres para despedirse con una vuelta olímpica y un Universitario de pie ovacionándolo.
Tomás Boy, el gran Jefe y el máximo goleador en la historia de los Clásicos.
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